lectura compartida, Vocabulario

Enseñanza del vocabulario a los más pequeños: ¿por qué y cómo?

Hace algún tiempo publiqué algunas entradas relacionadas con el vocabulario (aquí y aquí). En esta oportunidad comentaré el artículo sobre la enseñanza del vocabulario dirigida a los más pequeños, un artículo publicado por Tricia A. Zucker, Sonia Q. Cabell y Danielle L. Pico (2021) Going Nuts for Words: Recommendations for Teaching Young Students Academic Vocabulary.

Sabemos que desarrollar un vocabulario sólido es esencial para la lectura y el éxito académico en general. De hecho, el vocabulario es un factor determinante de la comprensión lectora. Es decir, conocer el significado de las palabras le permite al lector comprender mejor. Además, el vocabulario es considerado como un indicador de lo que los niños saben sobre el mundo. Tener un amplio conocimiento y vocabulario del mundo proporciona una ventaja académica a medida que este conocimiento se acumula con el tiempo.

La construcción de vocabulario debe comenzar temprano en la vida de los niños. Los niños pequeños deben aprender una gran cantidad de palabras cada año para convertirse en lectores competentes. ¿Cuántas palabras deben aprender los niños para afrontar con éxito sus estudios en el futuro? Las investigaciones señalan que deben aprender entre 3.000 y 4.000 palabras por año (Snow y Kim, 2007).

Graves, Schneider y Ringstaff (2018) consideran que un programa de vocabulario integral para los alumnos de segundo a quinto de primaria debería incluir cuatro componentes: lectura amplia, instrucción directa para palabras individuales, estrategias de aprendizaje de palabras y, conciencia de palabras. Pero, ¿qué aspectos habría que considerar en un programa de vocabulario completo para niños más pequeños? Los autores Zucker, Cabell y Pico proponen (1) promover el aprendizaje incidental del vocabulario, (2) proporcionar instrucción directa de vocabulario y, (3)  fomentar la conciencia del vocabulario.

Figura de Zucker et al. (2021)

En cuanto al aprendizaje incidental del vocabulario, conviene proporcionarle al niño experiencias lingüísticas (a través de lectura compartida, intercambios conversacionales, y a través de las diferentes áreas curriculares). Con respecto a la enseñanza directa, conviene enseñarle al niño  palabras individuales de textos o de las unidades de aprendizaje; y promover en los niños que pregunten a los adultos sobre el significado de las palabras. Y por último, al hablar de “conciencia de la palabra”, se hace referencia a explicar el poder de las palabras, motivar a los niños a usar nuevas palabras, jugar con las palabras, etc. 

¿Por qué la instrucción directa del vocabulario es importante?

El aprendizaje incidental ocurre a través de la simple exposición a una palabra. Mientras que la instrucción directa de vocabulario implica pedirles a los niños que presten atención a la explicación de una palabra y recuerden su significado. Aunque los niños aprenden palabras de manera incidental, la enseñanza directa de vocabulario mejora el recuerdo de las palabras y profundiza la comprensión del significado de la palabra. Por otro lado, promover que el niño pregunte sobre el significado de las palabras (por ejemplo, «¿para qué es eso?» o «¿qué significa eso?» ) es una valiosa estrategia de aprendizaje. Seguramente más de una vez hemos tenido la experiencia de que un niño nos ha preguntado qué significa una palabra y, aunque conocíamos la palabra, hemos tenido dificultad para explicarle su significado.

¿Por qué es beneficiosa tener «conciencia» de las palabras?

Sabemos que  cuando somos conscientes de las palabras estamos más interesados  ​​en aprender nuevas palabras y motivados para usarlas correctamente. Existen pocos estudios sobre la efectividad de promover la conciencia de las palabras. Sin embargo, es lógico pensar que promover la conciencia de las palabras respalda el desarrollo del lenguaje y la lectura.

¿Cómo seleccionar las palabras?

Anteriormente en otra entrada publiqué sobre qué palabras enseñar para la mejora del vocabulario y aunque muchos educadores pueden seleccionar las palabras que quieren enseñar de manera razonable, Zucker, Cabell y Pico (2021) proponen que es importante utilizar un proceso de selección sistemática. Para ello, recomiendan considerar aquellas palabras que son (a) esenciales para la comprensión, (b) accesibles para el nivel de los niños, y (c) valiosas para la lectura a largo plazo y el éxito académico.

Los pasos a seguir son: primero, enumerar todas las palabras que son potencialmente desconocidas, importantes o difíciles. Luego, eliminar las palabras que no sean esenciales para la comprensión. Enseguida, eliminar las palabras que puedan entenderse mediante el contexto o las ilustraciones. Luego, destacar las palabras sofisticadas. Y finalmente, encerrar en un círculo las últimas palabras que se enseñarán. Se sugiere enseñar entre dos y cuatro palabras por lectura.

Otras sugerencias:

  • Planifique con anticipación las definiciones amigables de las palabras

Es más fácil para los niños comprender las definiciones que son amigables  y que no utilizan ningún lenguaje sofisticado (como suele ocurrir en las definiciones de los diccionarios tradicionales). Sin embargo, las definiciones amigables siempre se originan a partir de definiciones de diccionario para garantizar que sean precisas y completas. Por ejemplo, una definición de diccionario para la palabra «aterrorizado» podría ser «extremadamente asustado», pero una definición más amigable para los niños reemplaza la palabra sofisticada «asustado» con una palabra simple y usa un tono más conversacional: «Cuando estás aterrorizado, te sientes muy asustado».

  • Crear tarjetas con imágenes del nuevo vocabulario

Las tarjetas ilustradas brindan una ayuda visual importante en el aprendizaje de nuevas palabras. Se pueden utilizar para obtener una vista previa del vocabulario académico. Esto brinda una oportunidad para que los niños experimenten la palabra en un contexto más allá del que se presenta en el texto. Seleccionar imágenes que ilustren claramente la palabra del vocabulario es un paso esencial e incluso, desafiante.

  • Usar una mascota o un personaje

Incluir una mascota puede añadirle un elemento de fantasía al aprendizaje de palabras. Por ejemplo, una ardilla que recolecta «bellotas de palabras» o un perro que recolecta huesos. Luego se puede poner las palabras en un frasco cada vez que niños la utilizaron.

  • Elogie al niño cuando use nuevas palabras

Los niños pueden sentirse motivados haciendo un seguimiento de las nuevas palabras que usan y celebrando cuando hayan alcanzado sus metas. Por ejemplo, se pueden contar las palabras nuevas que se aprendieron cada semana y cuando lleguen a 20 palabras, puede ser motivo para celebrar.

En resumen:

  1. Seleccione cuentos con vocabulario académico que usará para la instrucción de vocabulario.
  2. Identifique de tres a seis palabras académicas importantes en cada libro para enseñar.
  3. Planifique el orden en el que enseñará las palabras a lo largo de lecturas repetidas.
  4. Utilice un diccionario del alumno para buscar el significado de cada palabra. Adapte estas definiciones para que sean más amigables para los niños.
  5. Enseñe vocabulario usando tarjetas ilustradas.
  6. Planifique otras actividades que permitan desarrollar la conciencia de las palabras.

Referencias bibliográficas

1 comentario en “Enseñanza del vocabulario a los más pequeños: ¿por qué y cómo?”

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